Una historia ha surgido en las redes sociales, generando un intenso debate entre usuarios de todo el mundo. Se trata del caso de un artista tatuador originario de Nueva Zelanda, conocido como “Benjamin Lloyd”, cuya peculiar forma de expresión artística ha dividido opiniones.

Lloyd ha desatado una ola de críticas y cuestionamientos al compartir en sus redes sociales un controvertido proyecto que involucra a niños de alrededor de seis años de edad. Su iniciativa, que pretende ser altruista, ha sido objeto de controversia por parte de la comunidad online.

El artista ha estado compartiendo cada paso de su proceso creativo, el cual consiste en tatuar temporalmente a los niños con diseños personalizados utilizando un aerógrafo y una tinta orgánica no tóxica.

A través de su perfil de Instagram, Lloyd exhibe las pinturas que realiza en la piel de los pequeños, asegurando que los diseños son removibles con agua y que no dejan ningún tipo de marca permanente.

Afirma haberse inspirado para emprender esta peculiar forma de arte después de notar la fascinación que sus graffitis y tatuajes causaban en los niños. Desde entonces, ha dedicado su energía y talento a esta polémica práctica, generando una considerable atención en las redes sociales.

La controversia en torno a este caso plantea preguntas sobre los límites éticos de la expresión artística y la responsabilidad hacia los niños involucrados. Mientras algunos ven la iniciativa como una forma de fomentar la creatividad y la autoexpresión, otros la critican por poner en riesgo la salud y el bienestar de los menores.