Una joven rusa descubrió que un viejo espejo que adornaba la casa de su tía, y que acompañó a varias generaciones, se había convertido accidentalmente en un baúl de antiguos recuerdos familiares.
Decidió compartir su historia en un video publicado esta semana en tiktok y según cuenta todo comenzó cuando un día su tía decidió limpiar el espejo y restaurar el grueso marco donde se encontraba empotrado, publica RT.
Luego de separar ambas partes, se dio cuenta de que el interior de la carcasa de madera era hueco y que dentro se habían ido acumulando un montón de antiguas fotografías, cartas, y tarjetas, entre otras reliquias.
Al parecer, sus abuelos y bisabuelos, quienes habitaron esa misma casa de la ciudad de Moscú, tenían la costumbre de poner en el borde de espejo todo tipo de cosas a manera de recordatorio, las cuales terminaban deslizándose hacia su espacio interior vacío y acumulándose por años sin que nadie lo notara.
"Un enorme saludo desde el pasado estuvo almacenándose todo este tiempo detrás de este espejo", asegura.
Retratos de familiares que la autora de la grabación no llegó a reconocer, postales soviéticas, un recibo de pago de 1957 y una invitación a las elecciones del Sóviet Supremo de la URSS en 1946, fueron algunas de las joyas rescatadas. Entre lo que más le llamó la atención está una carta escrita por su bisabuelo a la hija (su abuela) cuando todavía era una niña.
Una joven rusa descubrió que un viejo espejo que adornaba la casa de su tía, y que acompañó a varias generaciones, se había convertido accidentalmente en un baúl de antiguos recuerdos familiares.
Decidió compartir su historia en un video publicado esta semana en tiktok y según cuenta todo comenzó cuando un día su tía decidió limpiar el espejo y restaurar el grueso marco donde se encontraba empotrado, publica RT.
Luego de separar ambas partes, se dio cuenta de que el interior de la carcasa de madera era hueco y que dentro se habían ido acumulando un montón de antiguas fotografías, cartas, y tarjetas, entre otras reliquias.
Al parecer, sus abuelos y bisabuelos, quienes habitaron esa misma casa de la ciudad de Moscú, tenían la costumbre de poner en el borde de espejo todo tipo de cosas a manera de recordatorio, las cuales terminaban deslizándose hacia su espacio interior vacío y acumulándose por años sin que nadie lo notara.
"Un enorme saludo desde el pasado estuvo almacenándose todo este tiempo detrás de este espejo", asegura.
Retratos de familiares que la autora de la grabación no llegó a reconocer, postales soviéticas, un recibo de pago de 1957 y una invitación a las elecciones del Sóviet Supremo de la URSS en 1946, fueron algunas de las joyas rescatadas. Entre lo que más le llamó la atención está una carta escrita por su bisabuelo a la hija (su abuela) cuando todavía era una niña.