Según los registros a los que alcanza la memoria y la tecnología, 3 veces ha nevado en uno de los desiertos más famosos y áridos del planeta, el del Sáhara.
El 18 de febrero de 1979, en diciembre de 2016 y más recientemente, el 7 de enero del año 2018. En esta gigante zona desértica se situó una bolsa de aire frío que provocó una nevada tal que “paralizó el tráfico de algunas poblaciones.
Como apuntan desde la agencia de noticias científicas SINC, en los desiertos los días suelen ser muy cálidos, con temperaturas que pueden llegar a los 50 grados. Pero las noches son bastante frías, con mínimas que pueden situarse por debajo de los cero grados.
En determinadas situaciones, la noche coincide la llegada de mucho aire frío con humedad. Esta masa de aire de baja temperatura, que puede provenir, en el caso del Sahara, del océano Atlántico o mar Mediterráneo, da entonces lugar a precipitaciones, cuyas gotas al caer toman la forma de copos de nieve.
Se trata, como es fácil suponer, de un efecto meteorológico atípico, aunque no imposible.
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