Esta palabra es de origen del griego antiguo; y está formada por el lexema “zoon”, “animal”, que en la forma de “zodiakós” quiere decir relativo a las figuritas animales. A su vez, la figura del astrólogo surgió en el mundo antiguo y adquirió de inmediato gran relevancia.

No era pocas las veces en las que los reyes consultaban a los astrólogos, para saber qué mensajes habían entregado las estrellas durante el día de su nacimiento. Más tarde, durante la Edad Media, la consulta de los horóscopos fue prohibida, por ser considerada como un artilugio de la hechicería.

Pero posterior al Renacimiento, la lectura del hado y de la suerte por medio del Zodiaco se retomó. Esta tradición ha perdurado hasta nuestros días. 

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