Las cortadas con papel duelen tanto por varias razones. Por lo general, ocurren en las partes más sensibles del cuerpo: los dedos, los labios o la lengua. Las terminaciones nerviosas de esas partes del cuerpo pueden diferenciar con excepcional claridad y especificidad, sensaciones de presión, calor, frío y lesiones.
Nuestro cerebro tiene áreas especializadas para recibir señales procedentes de esas partes con perfecta definición. Las exquisitas habilidades sensoriales que ayudan a que nuestros dedos, labios y lengua sean tan buenos en sus funciones, también hacen que las lesiones sean más dolorosas.
Además, estas mismas áreas tan sensibles también son partes del cuerpo que utilizamos con mucha frecuencia. Las cortadas en los dedos, los labios y la lengua tienden a abrirse una y otra vez y esto reaviva el dolor cada vez.
Por último, la profundidad de la herida es la ideal para exponer y excitar las fibras nerviosas de la piel sin dañarlas, de la misma manera que una lesión más profunda puede dañar gravemente las fibras nerviosas y afectar su capacidad para comunicar el dolor. La cortada con papel hace que se aviven y funcionen a plena capacidad.
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