Los huracanes llevan nombre de personas, debido a que, principalmente, es para facilitar la comunicación, el pronóstico y el proceso de desolojo de las poblaciones en riesgo, en caso de que uno de estos fenómenos ocurran muy cerca de una zona habitada.

Dicho método preventivo, fue usado en el siglo XX por primera vez por el meteorólogo australiano Clement Lindley Wragge. Este personaje usaba nombres femeninos, nombres de políticos que le disgustaban, o también nombres de la historia y la mitología para nombrar a los huracanes.

Al morir Wragge, su sistema cayó en desuso, hasta que hacia finales de la Segunda Guerra Mundial se fue retomando de manera progresiva. Hasta que llegamos a su total instauración en el presente.

En 1950, en Estados Unidos, los huracanes eran identificados por medio de las latitudes y longitudes, pero este sistema era confuso cuando había más de dos huracanes suscitándose uno cerca del otro.

De 1950 a 1953, se usaron nombres del Alfabeto Fonético Aeronáutico. Después este sistema volvió a cambiar como respuesta a la necesidad de realizar comunicaciones que no se relacionaran con barcos o aviones.

Con información de Culturizando.com