Charles Dupont nació en París en 1900 y a la edad de 20 años, heredó un millón de francos franceses. Siguiendo un consejo, cambió su herencia por 50,000 monedas de oro (Napoleones), que era la moneda legal oficial de aquel tiempo, con un valor de 20 francos franceses cada uno. 

A partir de enero de 1920, Charles, vendió un Napoléon de oro cada día para financiar su comida, vivienda, ropa y diversiones. En 1980, muere en un apartamento sencillo cerca del centro de París. Su sobrino se muda y encuentra los diarios y notas de su tío fallecido.

En ellos describe lo bien que había podido vivir de manera simple, con un “Napoleón” al día.

En las notas describe la guerra y el alza y manipulación del oro. Relata que nunca pagó ningún impuesto dado que no tenía oficialmente un ingreso reconocible. Fue llamado ante el inspector de impuestos en diversos años y se hicieron varias de su departamento. Nunca se encontró ningún documento que reflejase un pago entrante, interés, dividendo ni salario. A luces parecía que Charles Dupont vivía de un ingreso invisible.

En 1988 su sobrino encontró dos cofres con 28,100 monedas de oro que convirtió en $13.9 millones de francos franceses. Al hacer una cuenta rápida se intuye que durante 60 años, Charles Dupont vendió un Napoleón por día. Había usado 21,900 monedas de oro, y con el remanente, convirtió a su sobrino en un hombre acaudalado.

De la historia concluyo que recibir una gran herencia es algo fuera de cualquier control pero si vivir con moderación, ahorro e inversión constante con una visión de largo plazo.

En el largo plazo, considero que los negocios e instrumentos financieros, tales como, las acciones creo son una buena opción.