Mark Carney rindió protesta como nuevo primer ministro de Canadá, tras la renuncia de Justin Trudeau y un proceso interno que lo llevó a encabezar el Partido Liberal.
El economista y exgobernador de los bancos centrales de Canadá e Inglaterra asume el cargo en un momento de alta tensión, con una guerra comercial en curso con Estados Unidos y las presiones del presidente Donald Trump, quien ha amenazado con endurecer aranceles e incluso insinuó la anexión de Canadá como el Estado 51 si no se alinea económicamente.
En su primer discurso, Carney dejó claro su enfoque: liderazgo con experiencia y estabilidad económica. “Canadá necesita liderazgo en tiempos difíciles. Estoy preparado para este reto”, afirmó.
Entre sus primeras medidas, nombró un gabinete con perfiles técnicos en finanzas, comercio y seguridad, y canceló el impuesto al carbono que afectaba el costo de combustibles como gasolina y gas natural, una demanda clave en las zonas rurales del país.
Además, respondió con firmeza a las insinuaciones de anexión de Trump:
“Es una locura. Simplemente. Es todo lo que se puede decir”.
El nuevo primer ministro enfrentará de inmediato el desafío de contrarrestar las medidas proteccionistas de Estados Unidos y defender la soberanía económica de Canadá. Aunque dijo estar abierto a negociaciones con Trump, subrayó que cualquier diálogo deberá basarse en el respeto mutuo.
“El presidente es un exitoso empresario y negociador. Somos su mayor cliente en varias industrias. Los clientes esperan respeto y una colaboración comercial adecuada”, declaró.
Por ahora, no tiene planes de visitar Washington, pero espera sostener una llamada con Trump en los próximos días.
Carney no es ajeno a los desafíos financieros. Fue pieza clave en la respuesta de Canadá a la crisis económica de 2008, y en 2013 se convirtió en el primer extranjero en dirigir el Banco de Inglaterra, donde ayudó a mitigar los efectos del Brexit.
En los próximos días, viajará a Europa para reunirse con Emmanuel Macron y Keir Starmer, mandatarios de Francia y el Reino Unido, en busca de apoyo internacional ante la creciente presión de Estados Unidos.
La llegada de Carney marca un cambio de rumbo en Canadá, con un líder que apuesta por la estabilidad en tiempos de incertidumbre y que, desde el primer día, ha dejado clara su postura frente a Trump y las amenazas económicas.