En el corazón de Nueva York, a solo unos kilómetros del bullicio de Times Square, se esconde una enigmática mansión que parece haberse detenido en el tiempo. Construida en los años 30 y abandonada en los 70, esta residencia de 57 habitaciones ha permanecido prácticamente intacta durante más de 40 años, llenando de misterio a quienes la descubren.
El fotógrafo Bryan Sansivero, conocido por documentar lugares abandonados, fue quien reveló al público las imágenes del interior de esta mansión. Sus fotos muestran una casa que parece haber sido dejada de un día para otro: armarios llenos de ropa, juguetes en el suelo y hasta un cochecito de bebé en perfecto estado. Este escenario ha generado innumerables preguntas: ¿qué llevó a sus habitantes a abandonarla tan repentinamente?
La identidad de los propietarios sigue siendo un misterio. Aunque se sabe poco de ellos, se especula que formaban parte de una familia adinerada, dado el tamaño y el lujo de la propiedad. Algunos rumores locales apuntan a que un millonario con varias mansiones a su nombre, que nunca restauró ni vendió, podría estar detrás de este abandono inexplicable.
La mansión, rodeada por seis hectáreas de terreno, cuenta con lujos como una pista de boliche, una cancha de tenis cubierta y dos bares, todos en desuso. El interior, aunque cubierto de polvo, sigue casi intacto. La casa sigue guardando las pertenencias de sus antiguos habitantes, lo que lleva a muchos a creer que la familia tuvo que huir de manera precipitada, tal vez por problemas financieros o un fallecimiento inesperado.
Lo que queda claro es que este impresionante inmueble, con sus 57 habitaciones, ofrece una ventana a una vida de lujo y misterio, ahora congelada en el tiempo.