Ernesto Reinares Varea, un español con un peculiar sentido del humor, ha encontrado una forma poco convencional de ganarse la vida: interrumpiendo bodas. Sí, has leído bien. Por 500 euros, este autoproclamado "destructor de bodas" se presenta en ceremonias matrimoniales para causar un escándalo y, potencialmente, cancelar la unión.
Lo que comenzó como una broma publicada en internet, se ha convertido en un negocio real que sorprende y divide opiniones. Varea ofrece sus servicios a aquellos que, por alguna razón, desean sabotear una boda. Ya sea por dudas sobre la relación, por una broma pesada o simplemente por el gusto de causar un revuelo, el español asegura tener la solución perfecta.
Según Varea, su idea nació de la observación de situaciones incómodas en las que las personas se veían obligadas a asistir a bodas que no deseaban. Al ofrecer sus servicios, les brinda una salida divertida y menos conflictiva.
La propuesta de Varea ha generado un intenso debate. Mientras algunos encuentran su servicio divertido y original, otros lo critican por falta de respeto y por capitalizar los momentos más importantes en la vida de una pareja.
A pesar de las críticas, Varea asegura que nunca interviene en una boda sin el consentimiento de al menos uno de los novios. Además, ha establecido una tarifa adicional en caso de que los invitados reaccionen de forma violenta. "Cada bofetada vale 50 euros extra", bromea el español, aunque reconoce que estas situaciones son más comunes de lo que imaginaba.
Lo cierto es que este peculiar negocio ha generado un gran revuelo en las redes sociales y en los medios de comunicación. Mientras tanto, Varea sigue recibiendo solicitudes de todo el mundo y su agenda está llena hasta diciembre. Solo el tiempo dirá si esta tendencia se mantendrá o si, por el contrario, se desvanecerá como una moda pasajera.