Javier Acosta, un joven colombiano de 38 años, ha captado la atención en las redes sociales y medios de comunicación por su emotiva despedida y el impacto de su enfermedad en su vida. Acosta, originario de Bogotá, eligió enfrentar su última etapa con una actitud positiva, a pesar de su dura batalla contra la osteomielitis, una enfermedad que contrajo después de ser infectado por un hongo en una piscina en Melgar, Tolima.
El viernes pasado, Javier se sometió a la eutanasia, decisión que tomó con una sonrisa y en compañía de sus seres queridos. Vestido con la camiseta de su equipo de fútbol favorito, Millonarios, Javier se transformó en un piloto de avión imaginario durante sus últimos momentos en el hospital, ofreciendo una imagen conmovedora de fuerza y alegría en medio de la adversidad.
En redes sociales, comenzaron a circular publicaciones que supuestamente eran despedidas de Javier para su hija, y mensajes en los que afirmaba que había "finalizado el viernes más triste de la historia". Sin embargo, estas publicaciones resultaron ser falsificaciones. La hermana de Javier, Jennifer Acosta, desmintió las solicitudes de dinero y acusó a individuos de aprovecharse de la situación para lucrar a costa del dolor de su familia. En su lugar, ella proporcionó el perfil real de su hermano, “Javier Acosta PK”, con más de 300 mil seguidores, y denunció que las publicaciones falsas provenían de una cuenta alterada.
El Dr. William Lozano, médico del Barrio Santa Isabel, también se volvió viral tras ofrecer su ayuda en TikTok, buscando a Javier para ofrecerle un tratamiento. Lozano, que había sanado a 87 pacientes de una bacteria similar a la que se sospechaba afectaba a Javier, puso a disposición sus números de celular, aunque la Secretaria de Salud de Tolima advirtió que era prematuro afirmar que Javier había contraído la bacteria en una piscina.
En medio de toda esta controversia y con un estado de salud que se deterioraba, Javier nunca perdió su buen ánimo. En sus últimas semanas, a pesar del dolor y la hospitalización en el Hospital Universitario San Ignacio, continuó haciendo lo que amaba, manteniendo un espíritu alegre y positivo.
En un emotivo mensaje final, su hermana Jennifer expresó su amor y gratitud hacia su hermano, recordando las últimas horas compartidas y la fortaleza con la que enfrentó su situación. “Hoy quiero decirte que fueron las mejores horas. Te amaré siempre, papi”, escribió Jennifer.
El caso de Javier Acosta ha dejado una profunda impresión en aquellos que lo conocieron y ha resaltado la complejidad de su lucha contra una enfermedad devastadora, mientras navegaba entre la realidad y la distorsión mediática.
