La histórica misión DART de la NASA, que logró desviar un asteroide por primera vez en la historia, podría estar reservándonos una sorpresa cósmica. Nuevas investigaciones sugieren que algunos fragmentos del asteroide Dimorphos, impactado por la sonda espacial en 2022, podrían estar en camino hacia nuestro planeta.
Un equipo internacional de científicos, liderados por Eloy Peña-Asensio del Instituto Politécnico de Milán, ha analizado los datos de la colisión y ha llegado a una conclusión sorprendente: aunque millones de fragmentos fueron expulsados del asteroide, algunos de ellos podrían alcanzar la atmósfera terrestre.
No hay motivo para alarmarse, aseguran los expertos. Debido a su pequeño tamaño y a la alta velocidad a la que viajan, estos fragmentos se desintegrarían al entrar en contacto con nuestra atmósfera, creando un espectáculo luminoso similar a una lluvia de estrellas. Sin embargo, este evento inesperado demuestra la complejidad de los fenómenos astronómicos y la importancia de continuar investigando para comprender mejor nuestro universo.
La misión DART, más allá de ser un hito tecnológico, ha abierto una nueva ventana al estudio de los asteroides y las posibles estrategias de defensa planetaria. Si bien la probabilidad de un impacto catastrófico por un asteroide es baja, este experimento nos ha mostrado que la humanidad cuenta con las herramientas necesarias para enfrentar este tipo de amenazas en el futuro.