La terapia con luz LED ha revolucionado la industria de la belleza, prometiendo una piel radiante y rejuvenecida sin la necesidad de procedimientos invasivos. Las máscaras LED, en particular, se han convertido en un elemento básico en muchos regímenes de cuidado de la piel, con celebridades y influencers promocionando sus beneficios. Sin embargo, un reciente estudio ha arrojado dudas sobre la eficacia de estas populares herramientas, generando un debate sobre la verdadera capacidad de la luz LED para transformar nuestra piel.

Las máscaras LED funcionan emitiendo diferentes longitudes de onda de luz que penetran en la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina, reduciendo la inflamación y combatiendo las bacterias que causan el acné. Los fabricantes de estos dispositivos prometen una amplia gama de beneficios, desde la reducción de arrugas y líneas de expresión hasta la mejora de la textura y el tono de la piel.

Un estudio encargado por la marca Lyma, que comercializa un dispositivo de terapia de luz de alta gama, ha generado controversia en la industria. La investigación, realizada por expertos del Imperial College London, concluyó que la efectividad de muchas máscaras LED es "altamente cuestionable" y que sus efectos se limitan principalmente a las capas superficiales de la piel.

Estas conclusiones han sido respaldadas por las autoridades de publicidad en el Reino Unido, que han señalado que algunas afirmaciones sobre la eficacia de estos dispositivos son engañosas y carecen de evidencia científica.

Sin embargo, no todos los expertos comparten las conclusiones del estudio de Lyma. El Dr. Henry Legere, Director Médico de Restore Hyper Wellness, afirma que la efectividad de la terapia LED depende en gran medida de la longitud de onda de la luz emitida.

"La luz roja, por ejemplo, puede estimular la producción de colágeno y mejorar la elasticidad de la piel, pero su penetración es limitada", explica Legere. "Para lograr cambios más profundos en la dermis, se requiere una luz con una longitud de onda más larga, como la luz infrarroja".

El debate sobre la eficacia de la terapia LED está lejos de cerrarse. Si bien algunos estudios han demostrado beneficios medibles en el uso de la luz LED, otros han cuestionado su efectividad a largo plazo.

La Dra. Michele Green, dermatóloga cosmética, señala que la elección del dispositivo adecuado depende de las necesidades individuales de cada paciente. "La luz LED puede ser una herramienta útil en el tratamiento de diversas afecciones de la piel, pero es importante elegir un dispositivo de calidad y consultar a un dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado", afirma.