David Aris, un jubilado de 94 años, ha demostrado que la edad es solo un número. El pasado 29 de julio, este valiente hombre se convirtió en la persona más anciana en lanzarse por la tirolesa más rápida del mundo, la Velocity, ubicada en el parque Zip World, en el norte de Gales.
Con una sonrisa y un corazón lleno de determinación, Aris se deslizó a una velocidad de 160 kilómetros por hora a lo largo de 1.5 kilómetros, desafiando las leyes de la gravedad y dejando boquiabiertos a todos los presentes. Pero detrás de esta hazaña, se esconde una historia conmovedora.
Aris decidió emprender este desafío en honor a su esposa June, quien falleció hace cinco años debido a un cáncer terminal. La pareja compartió una vida llena de amor y aventuras, y June fue atendida en los últimos meses de su vida por el hospicio de Lancaster. Como muestra de agradecimiento y para honrar su memoria, Aris se propuso recaudar fondos para esta institución que tanto los ayudó.
El video del descenso de Aris se ha vuelto viral en redes sociales, inspirando a millones de personas en todo el mundo. Su valentía y generosidad han conmovido a quienes han visto las imágenes, y hasta la fecha ha logrado recaudar alrededor de 13,000 dólares para el hospicio.
“Nunca pensé que a esta edad haría algo así”, confesó Aris en una entrevista. “Pero quería hacer algo especial por June y por todas las personas que han pasado por lo mismo que nosotros”.
La historia de David Aris nos recuerda que la edad no es un límite para cumplir nuestros sueños y ayudar a los demás. Su valentía y generosidad son un ejemplo a seguir para todos.