La natación, un deporte conocido por su rigor y precisión, es también el escenario de una sorprendente práctica que ha llamado la atención de los seguidores y medios. Recientemente, el nadador mexicano Miguel de Lara fue descalificado de la competencia masculina de 100 metros en los Juegos Olímpicos de París 2024 por realizar una "patada de delfín" prohibida. Sin embargo, otro aspecto menos conocido y frecuentemente sorprendente de la natación profesional es que muchos nadadores se hacen pipí en la piscina.
Lilly King, nadadora estadounidense, admitió en una entrevista con *The Wall Street Journal* que probablemente se ha orinado en todas las piscinas en las que ha nadado. Esta práctica, aunque puede parecer desagradable, es en realidad una respuesta a varios factores inevitables en el deporte.
La razón principal detrás de esta práctica es la hidratación. Los nadadores, debido al riesgo de deshidratación mientras están bajo el agua, deben consumir grandes cantidades de líquidos antes de las competiciones, lo que inevitablemente lleva a una necesidad urgente de orinar. Además, los trajes de competición, que son ajustados y difíciles de quitar rápidamente, dificultan el acceso a los baños.
Los testimonios de varios atletas destacan que orinar en la piscina es una práctica común en el ámbito profesional. Jake Mitchell, medallista de plata en el Campeonato Mundial de Natación 2023, afirmó: “Siempre tengo que hacer pis porque estoy muy hidratado”. Zach Harting recordó su primera experiencia con esta práctica a los 12 años en un campeonato en Alabama, cuando el traje era tan complicado de quitar que se vio forzado a orinar en la piscina. Katie Hoff también mencionó que ver a una compañera orinar en el suelo durante una competencia no fue motivo de escándalo. Tom Dolan, quien ganó dos medallas de oro en los Olímpicos, recordó los incómodos momentos con los primeros trajes de alta tecnología que retenían la orina.
El diseño de los trajes de natación ha evolucionado significativamente. El LZR Racer de Speedo, desarrollado con la ayuda de ingenieros de la NASA, permite que el aire y los líquidos escapen a través de la tela, mejorando la comodidad para los atletas. Lilly King reveló incluso su habilidad para orinar mientras nada, describiéndolo como “casi un don”.
Sin embargo, los nadadores evitan orinar en la piscina en ciertas situaciones, como durante pruebas de drogas, para evitar contaminaciones. En términos de higiene, Katie Hoff comentó que la presencia de cloro en las piscinas hace que la orina no sea tan impactante para los nadadores acostumbrados.
A pesar de las sorpresas que puede generar esta práctica, es una parte aceptada y comprendida del mundo de la natación profesional.