China se está preparando para lanzar una nave espacial con la misión de impactar un asteroide cercano, en una prueba crucial para evaluar la viabilidad de proteger la Tierra contra asteroides que representan una posible amenaza, como el evento que causó la extinción de los dinosaurios hace unos 66 millones de años.
Según un reciente artículo publicado en la revista Journal of Deep Space Exploration y reportado por The Planetary Society, los investigadores chinos planean realizar esta misión de prueba antes del año 2030. El objetivo será un asteroide con un diámetro aproximado de 30 metros. Aunque inicialmente consideraron el asteroide 2019 VL5, ahora se enfocan en el 2015 XF261.
La nave espacial propuesta constará de dos partes principales: un “observador” y un “impactador”. Estos dispositivos serán lanzados en conjunto y trabajarán de manera coordinada para cumplir con el objetivo de la misión. El observador llegará primero al asteroide, donde pasará entre tres y seis meses analizándolo y recabando datos cruciales. Posteriormente, el impactador colisionará con el asteroide, mientras el observador estudia el impacto y sus efectos.
NASA ha estado llevando a cabo sus propias pruebas para un sistema de defensa planetaria, destacando el evento de 2022 donde la sonda DART impactó exitosamente el asteroide Dimorphos. Este evento demostró que es posible alterar la trayectoria de un asteroide mediante impacto. Además, como parte de sus esfuerzos para proteger la Tierra, NASA está desarrollando el telescopio espacial NEO Surveyor (Near-Earth Object Surveyor), programado para lanzarse en junio de 2028, cuyo objetivo es detectar cualquier objeto espacial que represente una amenaza para nuestro planeta.
Aunque no hay asteroides conocidos que representen una amenaza inminente, los científicos continúan trabajando para estar preparados ante cualquier eventualidad. La iniciativa de China en esta área subraya la importancia global de la defensa planetaria, mostrando que múltiples agencias espaciales están comprometidas con salvaguardar nuestro hogar común.
Este esfuerzo internacional no solo amplía nuestro conocimiento sobre la defensa planetaria, sino que también refuerza la cooperación global en la protección de la Tierra frente a posibles amenazas del espacio.