Una mujer protagonizó un incidente inusual en un aeropuerto tras enterarse de que no podía llevar una botella de coñac en el avión. La señora Jao, que había adquirido una botella de Remy Martin XO Excellence en un aeropuerto de los Estados Unidos, se vio obligada a tomar una decisión drástica al llegar a Beijing. Le informaron que la botella excedía el límite de 100 ml de líquido permitido en el equipaje de mano.
En lugar de deshacerse de la botella de $200, Jao optó por una solución peculiar: se sentó en una esquina, abrió la botella y se la bebió de un solo trago. Este acto no solo sorprendió por su audacia, sino que también tuvo repercusiones significativas, ya que se embriagó al punto de incomodar a los demás pasajeros.
La situación escaló hasta el punto en que Jao se desmayó, lo que provocó la intervención de la policía. Las autoridades la llevaron en silla de ruedas y pasó siete horas en la carceleta. A pesar de la extravagancia del suceso, Jao expresó su gratitud a las autoridades antes de regresar a casa con su familia, dejando atrás una historia que parece sacada de un cuento, pero que es una realidad.