En el corazón de Bucarest, el Palacio del Parlamento de Rumanía se erige majestuoso como el edificio más pesado de Europa, una obra imponente que lleva consigo no solo su monumentalidad física, sino también la historia de una época y un régimen.
Construido entre 1980 y 1997, este coloso arquitectónico es el resultado del ambicioso proyecto encargado por el dictador rumano Nicolae Ceausescu. Inspirado por las grandiosas construcciones de Corea del Norte y China, Ceausescu anhelaba una fortaleza que sirviera como sede de su régimen comunista. Sin embargo, el líder no pudo presenciar la conclusión de su visión, ya que fue asesinado en 1989, mientras la obra continuaba su desarrollo.
La magnitud del Palacio del Parlamento no solo se refleja en su peso, sino también en los materiales colosales utilizados en su construcción. Este gigante de 12 plantas requirió la asombrosa cantidad de 700.000 toneladas de acero y bronce, combinados con mármol de Transilvania, cristal, basalto, madera, cemento y arena. La cifra es asombrosa, con 1 millón de metros cúbicos de mármol, 3.500 toneladas de cristal, 1.000 toneladas de basalto y 900.000 metros cúbicos de madera.
La gesta de construir este palacio no solo involucró materiales monumentales, sino también a más de 100.000 personas capacitadas. La arquitecta jefa, Anca Petrescu, lideró el diseño, mientras que la empresa Aedificia Carpati se encargó de materializar la visión en concreto y acero.
Con 270 metros de largo, 245 metros de ancho y 86 metros de altura, más otros 92 metros de salas subterráneas, el Palacio del Parlamento no solo es un récord de peso sino también de dimensiones. El edificio alberga 1.100 habitaciones, 20.000 plazas de aparcamiento y ostenta otro Récord Guinness como el palacio estatal socialista más grande del mundo, con una superficie de unos 340.000 metros cuadrados.
A lo largo de las décadas, el destino del Palacio estuvo en vilo, considerando diversas opciones como centro comercial, casino o monumento comunista. Finalmente, se decidió que sería la sede del Senado y de la Cámara de Diputados de Rumanía, además de albergar varios museos.
Así, el Palacio del Parlamento de Rumanía no solo carga con el título del edificio más pesado de Europa, sino que también es un testamento de la historia política y arquitectónica del país, un coloso de acero y bronce que perdura como símbolo de una época pasada.