Los padres de la novia, Marjorie y Russell Newman, fueron quienes presentaron la demanda ante el Tribunal Supremo de Brooklyn, Estados Unidos contra un hotel, al que acusan de arruinar la boda de su hija al obligar a suspender los festejos por una restricción de ruido.
Alegaron que sin advertencia previa obligaron a interrumpir los festejos con una estricta restricción de ruidos que desbarató la boda de su hija, que tuvo lugar en el hotel Brooklyn Pier 1, la restricción no sólo saboteó el primer baile de la pareja, sino que obligó a los invitados a trasladarse a una sala pequeña y oscura en un edificio adyacente para continuar la fiesta.
"No había ningún lugar donde sentarse. No había ni una sola flor en esa habitación. La mayoría de los adultos, aparte de nuestros muy buenos amigos y familiares, se fueron en ese momento, porque nadie tenía ni idea de lo que estaba pasando", dijo Marjorie Newman al New York Post.
La familia de la novia afirma haber pasado muchos meses preparando la boda y pagado cientos de miles de dólares en ella. Luego, el desencanto: cuando el festejo comenzó, los recién casados y sus invitados apenas podían oír la música, a un nivel de decibelios "terriblemente bajo". La restricción del ruido había sido aprobada al menos tres semanas antes de la boda, pero el hotel "nunca nos informó", dijo Russell Newman.
Además, según la madre de la novia, su hija no pudo ni siquiera "lanzar el ramo". "Se suponía que era su noche para brillar y se la arrebataron toda", dijo ella.
Los Newman demandaron al hotel y a la organizadora de la boda, acusándolos de "incumplimiento de contrato" y "ocultamiento engañoso de las restricciones de sonido", lo que causó "angustia emocional", y piden una indemnización de cinco millones de dólares. El hotel no respondió a las solicitudes de comentarios.