Unos sitúan el nacimiento del amigo invisible en la Venezuela del siglo XIX, cuando a las mujeres casadas o prometidas no les estaba permitido tener amigos íntimos ni, mucho menos, recibir sus regalos.
Para esquivar la prohibición, grupos de hombres y mujeres comenzaron a reunirse para intercambiarse obsequios de una manera diferente: los participantes sacaban, de forma aleatoria, un trozo de papel con el nombre de la persona a la que le tocaba hacer un regalo.
Es por esto que empezó llamándose “compadre secreto de papelito” acabó traspasando fronteras pasó a conocerse como “amigo invisible”.
Otros se decantan por Estados Unidos como el lugar que vio nacer esta enigmática tradición. Además, se atreven incluso a dar un nombre: el del filántropo Larry Dean Stewart, el Santa Claus Secreto.
Larry era un hombre de Kansas que perdió su trabajo varias veces, siempre en Navidades. Pero, lidiando con la mala suerte y con un destino que parecía avocado al fracaso, invirtió en una televisión por cable y se hizo millonario.
A partir de entonces, cada navidad enviaba dinero de forma anónima a personas que lo necesitaban. No reveló su identidad hasta que supo que estaba muriendo de cáncer. Muchos creen que él fue el verdadero precursor del amigo invisible.
En los países nórdicos existe una tradición llamada Julklapp que se parece bastante a nuestro juego. Se dan unos golpes en la puerta, se abre y se meten los regalos en casa; un homenaje a los ayudantes de Papá Noel, duendecillos, amigos invisibles que ayudan a repartir los regalos cuando a su jefe no le da tiempo.
Cada paquete lleva un acertijo, un poema o una dedicatoria que sirve como pista de a quién va destinado cada obsequio. A diferencia de lo que se hace en nuestro amigo invisible, no se limitan a escribir un nombre en un papel.
El amigo invisible o amigo secreto, está cada vez más extendido y se ha convertido en una manera de poder reunirte con amigos, compañeros de trabajo o familiares para entregarles un presente como hiciera Santa Claus o los Reyes Magos. En definitiva, una tradición que nació del espíritu navideño y que con el paso de los años se ha convertido en otro ejemplo de regalos, ilusiones y para muchos, quebraderos de cabeza.
Con información de Culturizando.com