“Y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro”. Ésta es una de las primeras frases de El Quijote en la que Miguel de Cervantes caracteriza mentalmente a su personaje, el hidalgo caballero que en otro de sus famosos episodios veía gigantes donde sólo había molinos de viento.
Los psiquiatras han buscado acercarse desde su ámbito profesional a Don Quijote en un particular proyecto en el que han tratado de elaborar un diagnóstico retrospectivo, analizando la novela para poder interpretar las conductas del hidalgo caballero en sus aventuras y desventuras.
De los episodios de la novela en que ‘la locura’ de Don Quijote toma protagonismo, los especialistas en psiquiatría aluden a varios perfiles de personalidad: desde un mitómano, “excéntrico y algo chiflado, a quien se le va la cordura en algunos momentos, pero conserva el sentido de la realidad en lo fundamental” hasta ese personaje en el que predomina el altruismo y en el que “la emoción de sentirse héroe se hace tan intensa en él, que en ciertos momentos le lleva a perder el sentido de la realidad, que no el juicio”.
A modo de epílogo de este particular diagnóstico psiquiátrico del personaje cervantino, explican los especialistas en su artículo que “no cabe duda que si don Quijote hubiera existido realmente y hubiese deambulado por nuestros pueblos y ciudades, a pesar del mayor nivel de tolerancia que se le supone a la sociedad actual, hubiera tenido muchas posibilidades de ser ingresado con carácter urgente en la Unidad de Psiquiatría más cercana”.
"Eso sí, tras varios días de estancia hospitalaria, se le habría dado el alta médica con su correspondiente informe y tratamiento que incluiría con toda probabilidad algún neuroléptico (fármaco antipsicótico) de última generación”.