"No hay moros en la costa" es una frase muy popular que se utiliza para señalar que no hay peligros a la vista.
Su surgimiento es curioso. Del latín maurus (oscuro), los moros, una forma despectiva acuñada por los europeos para referirse a los árabes, invadieron la península ibérica en el año 711 y la que llamaron Al-Andalus. Estuvieron cerca de ocho siglos.
Cuando fueron expulsados, hubo un tiempo en que las costas españolas del mediterráneo fueron asoladas por piratas musulmanes, provenientes principalmente del Norte de África.
Para controlar el peligro se establecieron puestos militares para vigilar y alertar sobre los ataques piratas. Cuando no había novedad se decía "no hay moros en la costa" y esa expresión quedó, hasta hoy, como sinónimo de que está todo tranquilo.