La deshidratación, un problema común en climas cálidos, puede tener consecuencias desde leves hasta graves, según especialistas de Medline Plus de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Este trastorno, caracterizado por la falta de agua y líquidos en el cuerpo, puede agravarse durante esta temporada, advierten.

Entre las principales causas de deshidratación se encuentra la pérdida excesiva de líquidos, una situación común en los días de intenso calor. La falta de ingesta adecuada de agua y líquidos también contribuye significativamente a este problema.

El cuerpo puede perder una cantidad considerable de líquidos debido a la sudoración excesiva provocada por el ejercicio en condiciones climáticas cálidas, así como por fiebre, vómitos, diarrea o la micción frecuente.

Los síntomas de la deshidratación pueden ser diversos, pero tienden a agravarse durante el verano. Entre ellos se incluyen la sed intensa, sequedad en la boca, disminución en la frecuencia de la micción, orina de color amarillo oscuro, piel seca y fría, dolor de cabeza y calambres musculares.

El dolor de cabeza, en particular, es un síntoma que no debe subestimarse, ya que puede ser un indicador de deshidratación, especialmente en esta época del año. Aunque en ocasiones se atribuye a factores como el estrés, la falta de sueño o la mala alimentación, es importante considerar la hidratación como un factor crucial en su prevención.

Ante la presencia de estos síntomas, los expertos recomiendan aumentar la ingesta de líquidos, preferiblemente agua, y evitar la exposición prolongada al sol y actividades extenuantes en horas de calor intenso. Además, aconsejan buscar atención médica si los síntomas persisten o se agravan.